Una de las palabras que más nos cuesta aprender a usar, cuando se trata de favores es el “no” suena tan sencillo, pero implica una serie de reacciones que a veces no queremos enfrentar; nos cuesta asimilar el rechazo o las malas caras, pero cuando se trata de negocios y de monetizar nuestro conocimiento aprender a decir “no” se hace necesario.
Hace unas semanas recibí un correo que decía: que como yo era “experta en el tema”, le gustaría invitarme a una taza de café para conversar. Entre líneas la idea era que le dijera cómo hacer su trabajo y que le diera mis ideas. Eso me hizo pensar en lo difícil que es decir que “no”, afirmando que toda reunión, consejo o asesoría tiene un costo el cual no basta con una taza de café por la tarde o una cerveza fría.
“No more free advice”
Querido diseñador, desarrollador, blogger, entusiasta de la web “no más consejos/asesorías gratuitas” las horas que has pasado frente a la computadora, leyendo, creando, peleándote con el código, conociendo el medio tienen un valor, que debe ser reconocido empezando por ti y luego dejarlo claro a los demás. A todos aquellos que quieren aprovechar tu conocimiento para sacar beneficios sin darte nada a cambio, aprende a decirles que “no”. Reconoce alguna de estas situaciones y practica:- Los halagos: las personas que buscan el conocimiento de otros para llevar a cabo su trabajo, suelen utilizar los halagos llamándote “experto” y conocedor del tema, reconocen tu talento en palabras, pero no económicamente, presta atención en quienes hacen eso y aprende a ponerle un precio a tu reunión.
- Las entrevistas: algunas personas te llaman diciendo que quieren entrevistarte sobre algún tema, con la excusa de conocer tu opinión e ideas. A veces esas entrevistas nunca son publicadas y sólo sirvieron como pretexto. Algunas entrevistas son reales, pero aprende a detectarlas.
- Presentación de propuestas: te llaman con la idea de presentarte un proyecto, una idea en donde necesitan conocer tu opinión al respecto. Te emocionas y les dices todo lo que se te ocurre, pero nunca eres parte del proyecto y ni se te reconoce como asesor. Cuando sea así, escucha, opina poco y si te insisten en conocer tus ideas, di que con gusto les darás una asesoría.
- Charla o conferencia: como eres experto en el tema, les gustaría que llegaras a dar una charla o conferencia a un grupo selecto, pero eres tu quien se debe sentir halagado por ser tomado en cuenta en la actividad, por lo tanto no te pagarán la actividad porque estas promoviendote. Cuidado con eso, a veces vale la pena hacerlo, cuando la actividad te dará oportunidades de negocio, pero de lo contrario evalúa lo que ganas realmente y decide si vale la pena invertir ese tiempo.
- Reuniones temáticas: te invitan a participar en una reunión con temáticas en común, asistes y te das cuenta que sólo te encuentras con un montón de personas deseosas de que les digas cómo haces las cosas, cómo funciona tu negocio, qué consejo les darías, pero nunca obtienes lo mismo de forma recíproca. Nadie aporta nada nuevo a tus proyectos como tu lo haces con ellos.
- Asesorías: los consejos, ideas, sugerencias también pueden llamarse “asesorías” a las cuales puedes ponerle un precio. Cuando alguien te llame para invitarte a charlas sobre un proyectos, recuerda preguntarle, ¿quieres que te de una asesoría? y de esa forma dejarás clara tu posición.
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